sábado, 14 de junio de 2014



¿CUÁNDO MUERE UNA LENGUA?

 
Una lengua muere cuando ya nada pregunta; cuando la boca se ha puesto rígida y morada, y automordisqueada termina por atragantarse.
Toda lengua muere por su boca.

¿Cuándo muere una lengua?

Cuando se ha encerrado en el nicho de sí misma por mucho más tiempo que el necesario para mutar en otra especie, volviéndose costra - crisálida - esqueleto.

¿Cuándo muere una lengua?

Cuando se identifica consigo misma; cuando se ha vuelto identidad, propia casa, patrimonio, patria, bandera, nación, útero. No importa que la hablen todos si todos ya no dicen nada… ¡muerta! Muerta si es apenas declamación y artificios de tautología. Muerta si sólo es palanca de efectos especiales y pólvora para pirotecnia. Muerta si es mero delirio eufemístico y superlativo. Muerta si es cosa juzgada.

¿Cuándo muere una lengua?

Lejos de pensar que una lengua muere con su último hablante, en realidad, muere cuando todo-habla-una-misma-lengua. Muere en su intento de totalidad uniformante. Y dará su último estertor cuando se ahogue en su exceso de conciencia y en el intento de fetichizar su historia contra los burladores azares del olvido.

¿Cuándo muere una lengua?

Por más aparatosa y fanfarrona, chacharera e histriónica en su presunción, una lengua yace muerta cuando desmiente su muerte y su hambre caníbal, comiendo a sus hijos hasta reventar.
Toda lengua muere al tragarse a sí misma.

 


 

 

 

 

1 comentario: